Nota de prensa de Jerez en Marcha.
Las “Católicas por el Derecho a decidir” aseguran que “criminalizar a las mujeres que optan por el aborto es una falta total de compasión y misericordia”
5 de febrero de 2010. La Delegación de Igualdad y Salud presentó la conferencia “Interrupción del embarazo, libertad de conciencia y derecho a decidir”, con la presencia de Mar Grandal Seco, vicepresidenta en España del movimiento “Católicas por el derecho a decidir”, espacio que generó un interesante debate, por la vigencia y actualidad del tema planteado.
Mar Grandal Seco, de la red internacional “Católicas por el Derecho a decidir”, planteó la problemática de la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) valorando el proyecto de ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo como algo ”que concierne a la autonomía de las mujeres y que tiene que ver con el concepto de salud, impulsado por la OMS y con las múltiples reivindicaciones planteadas en todas las Conferencias Mundiales de las Mujeres”. Destacó que esta ley es acorde con la mayoría de legislaciones europeas “garantizando el derecho de mujeres y hombres a tomar decisiones sobre su vida reproductiva, libres de violencia, coerción y discriminación”.
Planteó que desde la entrada en vigor de la ley de los tres supuestos en 1985, se han producido en España un millón de abortos legales, triplicándose esta cifra entre 1990 y 2007, y multiplicándose por cuatro en el colectivo de jóvenes adolescentes. Respecto a embarazos no deseados, la tasa fue del 40%, de los cuales el 60% terminó en IVE, concluyendo en la necesidad de incrementar la formación e información, así como la educación sexual.
Sobre la polémica en torno al aborto no descartó el “gran dilema ético que supone, complejo y con muchas aristas” asegurando que “ante lo que parecieran dos posturas totalmente enfrentadas, en el fondo no los son tanto, porque nadie está contra el aborto, sino contra la despenalización”.
Al respecto objetó la posición de algunos grupos de la sociedad civil a la IVE y la oposición de la jerarquía católica, asegurando que criminalizar a las mujeres que optan por esta decisión es “una falta total de compasión y misericordia, abocando a las mujeres a la estigmatización y la culpabilización”.
Añadió que “la Iglesia no oye”, y respecto a la posición defendida por las personas que secundan el movimiento “Católicas por el derecho a decidir” defendió que la decisión de una mujer al optar por una IVE “implica un pleno ejercicio de libertad de conciencia”, cuestión que argumentó “en una rica y profunda tradición bíblica que interpone la conciencia humana y la vida plena de las personas por encima de las leyes y enseñanzas religiosas”, asegurando al respecto que “ante la duda, siempre prevalece la conciencia, en base a la doctrina del probabilismo, que proporciona base teológica al pluralismo católico”.
Mar Grandal destacó que “las mujeres somos agentes morales autónomos, con derecho a decidir sin que nadie lo haga por nosotras, sin ser tuteladas ni por la Iglesia, ni por el Estado, ni por la sociedad”, planteando el legítimo derecho de la ciudadanía a exigir un Estado laico que garantice la libertad de las mujeres, el respeto a la libertad de conciencia y de religiones. “La decisión moral está en nuestras manos y nuestra conciencia es el núcleo más secreto donde nos encontramos con Dios. No puede haber condena ni pecado cuando obedecemos a nuestra conciencia”, dijo, “y eso es un requisito de la dignidad humana”.
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