viernes, 15 de marzo de 2013

“Bergoglio debería llamar a un tercer Concilio Vaticano”

Maria Jose Rosado Nunes, la académica que fundó y dirige la entidad en Brasil reclama que el nuevo papa genere un debate amplio sobre la desigualdad económica y social, la opresión racial y de género y una nueva comprensión de la sexualidad.

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jueves, 14 de marzo de 2013

Católicas con motivo de la elección de Francisco I


Como Red Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir, la elección del cardenal Jesuita argentino Jorge Mario Bergolgio como Papa de la Iglesia Católica, nos preocupa por su posición contraria a los derechos de las mujeres y de los  homosexuales, además de las graves denuncias y testimonios que lo vinculan con la dictadura argentina 1976-1983.

No es coincidencia que en medio de tantas críticas de orden moral, religiosa y política a la Iglesia católica, el nuevo Papa escoja el nombre Francisco. Por eso, esperamos  que así como San Francisco de Asís, que en medio de una crisis moral de la Iglesia en su época, optó por un estilo de vida más evangélico, recuperando el legado del proyecto de Jesús, que el nuevo Papa Francisco  , acepte y asuma el desafío de renovar la Iglesia católica construyendo un proyecto de Iglesia diferente al de la opulencia, el poder y el autoritarismo.

Hoy como mujeres católicas afirmamos la necesidad de que el Papa Francisco rompa con la invisibilización histórica de las mujeres y reconozca el derecho que tienen de participar en igualdad de condiciones en todos los espacios de la  vida de la Iglesia.

Esperamos que así como San  Francisco de Asís optó por denunciar un sistema desigual que producía extrema pobreza, el pontificado del Papa Francisco  esté marcado por una práctica evangélica de  servicio,  acogida y  solidaridad.

Queremos un Papa que asuma como guía para su pontificado la realidad de las personas y no doctrinas obsoletas que condenan y no ayudan a la realidad de hoy. 

Queremos que el pontificado de Francisco, reconozca el derecho y la capacidad ética y moral que tienen las mujeres a hacer uso del principio católico de la primacía de la  consciencia en caso de una decisión por la interrupción del embarazo.

Queremos que el pontificado de Francisco  se deje refrescar por los vientos del Concilio Vaticano II y abra la posibilidad de una revisión doctrinal y pastoral sobre el concepto de  familia, el divorcio, el celibato, el sacerdocio femenino, el derecho de las mujeres a decidir sobre todos los ámbitos de su vida, las uniones entre personas del mismo sexo y el uso del preservativo para la vivencia de una sexualidad libre y saludable.

Deseamos que el nuevo pontífice escuche el clamor de sus fieles  y revise las prácticas de la Iglesia frente a los autores de abusos sexuales  a menores y a mujeres.

Le recomendamos que el dialogo inter-religioso, la libertad de expresión, la acogida a la diversidad sean entendidos como una relectura evangélica en los días actuales y no como amenaza a los valores evangélicos.

Queremos que el pontificado de Francisco tenga claro su papel en la sociedad como institución religiosa y no intente imponer sus principios y creencias  en las directrices  de los Estados. 

jueves, 7 de marzo de 2013

Acceso igual para todas y todos a todos los sacramentos


¡Como Mujeres católicas y con motivo del Día internacional de la Mujer exigimos en nuestra Iglesia acceso igual para todas y todos a todos los sacramentos! Exigimos que el sexo y la sexualidad dejen de ser el fundamento institucional en la Iglesia católica romana!

En el momento histórico en que se reúne en el Vaticano el colegio cardenalicio para elegir un nuevo pontífice nos preguntamos ¿Hasta cuándo seguirá basándose el Papado, es decir el ministerio supremo en la Iglesia católica, en el sexo y la sexualidad? – Pues desde hace siglos para poder llegar a ser nombrado pontífice de esta rancia institución es condición sine qua non pertenecer al club más exclusivo del planeta: el colegio cardenalicio. Este club tiene a lo sumo 120 a 150 miembros, de los cuales solo los menores de 80 años pueden participar en el conclave. Y para poder ser “creado” cardenal o príncipe de la Iglesia se requiere, por pura costumbre, pues el derecho canónico no lo prescribe - tener órganos sexuales masculinos a condición de renunciar solemnemente para toda la vida a utilizarlos.

Es cierto que esta condición, aunque fundamental e indispensable, no es la única.
Otra condición es que todo candidato a obispo – etapa por pura costumbre necesaria para llegar a cardenal – profese la convicción de que “la Iglesia carece de poder” para ordenar a alguien que, a pesar de haber recibido el sacramento del bautizo carece de órganos sexuales masculinos (can 1024, CIC, de 1983). Esta condición se ha vuelto cada vez más apremiante, pues como lo formuló hace 50 años el Papa Juan XXIII, uno de los signos de nuestro tiempo es que “la mujer ha adquirido una conciencia cada día más clara de su propia dignidad humana”, por lo que “exige” que “se le reconozcan los derechos y obligaciones propios de la persona humana” (Pacem in terris, 41). Y parece que los signos del tiempo no paran ni ante las puertas de la institución eclesial.

Así mismo, desde la publicación, en 1968, de la encíclica Humanae vitae por el Papa Pablo VI, también hay que profesar públicamente que la sexualidad y la capacidad reproductiva de la mujer no pueden ser controladas por esta, sino que deben someterse a directivas vaticanescas precisas, a saber: a/ Abstinencia sexual total fuera del matrimonio heterosexual monógamo y vitalicio para todas y todos. b/ Dentro del matrimonio abstinencia sexual como único método legitimo en caso de no desear procrear. c/ Proscripción absoluta del aborto, ya que el derecho a la vida de una mujer y en particular a la vida en plenitud, como dice el Evangelio de San Juan, tiene menos valor que el derecho a la vida biológica tanto de un óvulo fecundado como de un embrión o de un feto.

Como vemos, no salimos del terreno del sexo y de la sexualidad.

Pero si bien compartimos con la grandísima mayoría de la feligresía católica una actitud positiva frente a la sexualidad, fuente de humanización y de placer, si bien profesamos que la consideramos un don maravilloso de Dios que debemos ejercer en relaciones justas y responsables, si bien profesamos que Dios nos proveyó de una conciencia que nos sirve para discernir qué decisiones tomar respecto a nuestra vida y a nuestra sexualidad y procreación, decimos BASTA!

Basta a lo que la jerarquía católica nos quiere seguir imponiendo como voluntad divina. ¡COMO MUJERES CATÓLICAS Y CON MOTIVO DEL DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER EXIGIMOS EN NUESTRA IGLESIA ACCESO IGUAL DE TODAS Y TODOS A TODOS LOS SACRAMENTOS!

¡Manifestamos que un Pontífice elegido sobre la base de la discriminación sexual carece de toda legitimidad para dirigir a la comunidad de la Iglesia universal!

¡Exigimos una representación equitativa dentro del colegio electoral del próximo Papa!

¡Queremos un Papa que reconozca los derechos humanos dentro de la Iglesia, y en particular la libertad de religión, de conciencia y de expresión!

¡Queremos un Papa que le entregue al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios renunciando a su función como Jefe de Estado!

¡Queremos un Papa que priorice la lucha social y la opción por los pobres!

Declaramos que como mujeres católicas ¡estamos hartas de que el único papel que se nos reserva respecto al sacramento de la ordenación dentro de la Iglesia católica sea el de gestar, parir y criar los recursos humanos provistos de órganos sexuales masculinos que necesita la jerarquía eclesial para perpetuarse!

Catolicadas - Tercera Temporada (playlist)