miércoles, 12 de diciembre de 2012

Las mujeres 50 años después del Concilio Vaticano II


Me invitaron a hablar (en la Asamblea anual de Les Reseaux du Parvis ) sobre "el tema de las mujeres" 50 años después del Concilio Vaticano II, en parte para efectuar una evaluación, pero ante todo también en el contexto de la preparación del quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, en 2015. Advertí que no iba a hablar de lo que está sucediendo en la iglesia institucional, donde la jerarquía insiste en promover una teología de la desigualdad entre hombres y mujeres, que entre otros se encuentra en flagrante contradicción con el sacramento del bautismo. No hablaré tampoco de la resistencia que le están prestando las religiosas estadounidenses al Vaticano. Prefiero examinar más bien un poco la cuestión de las mujeres en este mundo sobre el cual el Concilio Vaticano II quiso abrir la Iglesia. Este mundo en el que nosotras y nosotros, la comunidad de discípulas y discípulos de Jesús, debemos ser sal y levadura.

Como muestra la teología feminista, las mujeres jugaron un papel muy importante en la vida de Jesús y también más tarde, en las primeras comunidades cristianas, pero también en toda la historia del cristianismo. La mayoría de las veces su presencia y acciones eran, sin embargo, invisibles y devaluadas. O, por ejemplo con los procesos contra las brujas, las mujeres sirvieron de chivos expiatorios o superficie de proyección para la angustia y los complejos de los hombres, y en particular de los hombres de Iglesia.

Todo esto ha cambiado desde el Concilio. No porque las mujeres sean más activas que antes, sino más probablemente porque su presencia y acción han ganado visibilidad. Esto se debe a que tomaron la palabra y comenzaron a hablar en primera persona para decirse a sí mismas, y porque rechazan que los hombre en el poder sigan definiéndolas, asi como rechazan que sean las normas de la cultura patriarcal quienes les impongan cómo comportarse.  

Decidí estructurar mi presentación a partir de un documento del Papa Juan XXIII publicado en 1963, poco después de la inauguración del Concilio Vaticano II y dos meses antes de su muerte. Se trata de Pacem in Terris – Sobre la paz entre todos los pueblos, que se debe basar en la verdad, la caridad la justicia y la libertad.

Puede considerarse su testamento. Fue elaborado bajo el impacto de la crisis de los misiles de Cuba y la amenaza de una guerra nuclear. Por primera vez en la Iglesia, el Papa no sólo se dirige a los católicos sino a todas las personas de buena voluntad. Y la encíclica reconoce la legitimidad de los Derechos humanos, se los apropia por decirlo así. Con esta encíclica, estamos asistiendo a una conversión de la Iglesia. Después de haberse opuesto a ellos la Iglesia se presenta, de ahí en adelante, como la gran defensora de los Derechos humanos. Sin embargo, este celo parece disminuir últimamente. ¿Será porque ella se ve cada vez más arrinconada en la defensiva debido a la situación de los Derechos humanos en su propio seno?

Pacem in Terris es también la encíclica que nos cuenta cómo Juan XXIII diagnosticaba los tres retos centrales del mundo hacia el cual la iglesia debía abrirse. Los define como los tres signos de los tiempos.
Opté por mirar cómo las mujeres han contribuido a dar forma a la realidad que vivimos en las tres áreas identificadas por el Papa, que han tenido una gran influencia también sobre la vida dentro de nuestra comunidad eclesial.

Cito:

39. Tres son las notas características de nuestra época.

La elevación del mundo laboral
40. En primer lugar contemplamos el avance progresivo realizado por las clases trabajadoras en lo económico y en lo social. Inició el mundo del trabajo su elevación con la reivindicación de sus derechos, principalmente en el orden económico y social. Extendieron después los trabajadores sus reivindicaciones a la esfera política. Finalmente, se orientaron al logro de las ventajas propias de una cultura más refinada. Por ello, en la actualidad, los trabajadores de todo el mundo reclaman con energía que no se les considere nunca simples objetos carentes de razón y libertad, sometidos al uso arbitrario de los demás, sino como hombres en todos los sectores de la sociedad; esto es, en el orden económico y social, en el político y en el campo de la cultura.

La presencia de la mujer en la vida pública
41. En segundo lugar, es un hecho evidente la presencia de la mujer en la vida pública. Este fenómeno se registra con mayor rapidez en los pueblos que profesan la fe cristiana, y con más lentitud, pero siempre en gran escala, en países de tradición y civilizaciones distintas. La mujer ha adquirido una conciencia cada día más clara de su propia dignidad humana. Por ello no tolera que se la trate como una cosa inanimada o un mero instrumento; exige, por el contrario, que, tanto en el ámbito de la vida doméstica como en el de la vida pública, se le reconozcan los derechos y obligaciones propios de la persona humana.

La emancipación de los pueblos
42. Observamos, por último, que, en la actualidad, la convivencia humana ha sufrido una total transformación en lo social y en lo político. Todos los pueblos, en efecto, han adquirido ya su libertad o están a punto de adquirirla. Por ello, en breve plazo no habrá pueblos dominadores ni pueblos dominados.

Sobre esto los invito a reflexionar hoy:
En una primera parte vamos a mirar el mundo del trabajo. La segunda parte se centrará en las mujeres como sujetos políticos y la reorganización del espacio público y privado, y finalmente reflexionaremos un poco sobre el tema de la mujer y la descolonización.

El primer signo de los tiempos: Los trabajadores rechazan un modelo económico y social que niega su humanidad o Una ética social feminista de la liberación 

Hace más de 50 años que vienen rechazado este sistema. Y - ¿dónde estamos hoy? ¿Hemos logrado en 50 años la humanización del sistema social y económico?

La crisis actual parece contradecirlo, el fenómeno de la exclusión sigue creciendo, con un aumento flagrante de las enfermedades mentales y el consumo de tranquilizantes. El crecimiento económico va de la mano con la degradación ambiental y con un éxodo de poblaciones en números cada vez mayores de su ambiente nativo. 

Las soluciones propuestas por los que nos gobiernan no parecen tener el efecto deseado. ¿Por qué? ¿Podría ser tal vez porque no se atreven a cambiar de perspectiva, a abandonar un paradigma obsoleto? ¿Cómo van a encontrar remedios para los males del patriarcado si se aferran a manejar el mundo conforme a esta lógica?

Esta es la hipótesis de un grupo feminista de los países europeos  de lengua alemana, que a partir de la premisa de que el patriarcado está moribundo ha realizado un análisis feminista del mundo de hoy con el fin de hacer posible el Buen Vivir para todas y todos. 

¿Qué dicen?

Dicen que hay que replantear el concepto de economía y liberarlo de su acaparamiento por el fundamentalismo neoliberal. Producen una Ética social feminista de la liberación.

Contrariamente al dogma del fundamentalismo neoliberal “economía” no equivale a “mercado”. La palabra "economía" es de origen griego, se compone de dos conceptos: oikos - casa, en el sentido de la unidad social formada por el conjunto de todos los que componen la familia en el momento histórico de la polis griega, incluyendo a esclavas y esclavos y a los animales domesticados. Todos ellos son propiedad del dueño de la casa y están todos sujetos a él. Y nomos - la administración. Así pues la definición clásica de la economía significa la administración de bienes y servicios de una casa o una empresa para satisfacer las necesidades de todos los que pertenecen a ella.

Esto implica que somos seres NECESITADOS. Tenemos necesidades que deben satisfacerse. Dependemos unos de otros. No podemos existir en singular, sino que somos por naturaleza seres en plural. Como lo profesamos: hemos sido creadas y creados a imagen y semejanza de un Dios trino.

Fuimos creadas y creados como seres dependientes y necesitados. Y esta realidad comienza con nuestro nacimiento, nuestra NATIVIDAD. (Ver en particular: http://www.youtube.com/watch?v=7NcHkwSqKRo). Porque antes de ser mortales, somos nacidas y nacidos, somos seres que nos hemos formado y que hemos pasado los primeros meses de nuestra existencia dentro de una matriz o útero, en el cuerpo vivo de una mujer. Y después del nacimiento, al salir de la matriz de nuestra madre, seguimos viviendo en una matriz más grande, de la cual dependemos y que está formada por el entorno natural y social en el que nos movemos y sin el cual no hay vida posible . Al nacer era necesario que nos cuidaran para poder sobrevivir. Nos dieron todo y eso de manera absolutamente gratuita: alimento, protección, el lenguaje, etc ...

Estos son hechos que el patriarcado siempre ha tratado de ocultar, de invisibilizar, porque ponen en tela de juicio la premisa central de la visión patriarcal del mundo, a saber: la existencia de seres autónomos. El modelo del ser humano es el varón autónomo. Hoy en día y en la cultura dominante, es el hombre blanco de clase social superior, en la flor de la vida, heterosexual, que goza de buena salud .... Es la medida de lo humano, el resto de la especie humana se considerada como "minorías": mujeres, niños, ancianos, enfermos, extranjeros, gente de color, etc ... Este "varón autónomo" se considera libre. Libre de trabajar para satisfacer sus necesidades básicas, ya que estas son satisfechas por el trabajo de otros seres jerárquicamente inferiores y por ende subalternos:  mujeres, esclavos, extranjeros, pobres, animales domesticados,  etc ... El se dedica a la definición del mundo y a controlar a los demás.

Así es como desde la antigüedad griega se ha producido una polarización del mundo entre dos esferas opuestas y jerarquizadas:

  Dios     Espíritu    Teoría     Infinito   Polis   
    
                           HOMBRE   

    Libertad - Autonomía - Control - Palabra
........................................................................................
           materia - cuerpo - praxis - finito  -  oikos -    

    mujer, esclavo,  extranjero,  animales domesticados  

necesidades    dependencia         servicio            lo dicho
                                                                de lo quese habla
                                                                                                                                
                                                                                                             
Desde entonces, la definición básica de la economía no ha cambiado, como tampoco el deseo de ocultar nuestra (inter) dependencia intrínseca. Con la industrialización la división del mundo se ha "enriquecido" en la esfera superior con la monetización del mercado y la inferior con el amor.

                        Moneda / Mercado
                       ................................
                                  amor

Se crea una nueva esfera de independencia supuesta: El mercado monetizado, es decir el dinero y su multiplicación regida por la ley del interés. Esto es lo que ahora ha acaparado el significado semántico del concepto de "economía". El “oikos", es decir el espacio en el que se satisfacen más de la mitad de todas las necesidades humanas se ignora, oculta, invisibiliza y se considera una variable insignificante. Ese trabajo se delega en personas cuyas actividades no son contabilizadas, personas que se invisibilizan también. Y lo peor es que las personas que realizan estas tareas tan importantes, como una madre de familia, dicen ellas mismas que "no trabajan". La dependencia se oculta en este sistema patriarcal, ya que se considera vergonzosa, porque contradice el postulado de la independencia. Reconocer la dependencia implica reconocerse obligado a la gratitud.

Las feministas a las que me refiero, no ven una contradicción o conflicto entre libertad y dependencia. Lo que hay que entender es que la libertad siempre tiene lugar dentro de una relación, que es una libertad relacional .

Como ha señalado la teóloga protestante Ina Praetorius, en la época de la Ilustración, se ha trasladado a Dios a la esfera inferior, la religión se ha convertido en un asunto privado. La ciencia y la razón toman el lugar de la religión, y para compensar se introduce los sentimientos en la esfera inferior. Ahora también se distingue entre cultura y naturaleza:

            Ciencia             Razón          Cultura
       ....................................................................
         dios/religión  sentimientos naturaleza

El mercado ahora se convierte en el espacio de la supuesta independencia y el propietario de dinero se convierte en sinónimo del Hombre. La polis, el Estado, se convierte en "la esposa del Sr. Mercado", se le subordina y está sujeto a su control. El Estado y las familias tienen que hacerse cargo de las personas dependientes y de la satisfacción de sus necesidades. Y el Estado debe garantizar la estabilidad monetaria, la provisión de infraestructura política y jurídica, aprobar leyes para reducir la carga fiscal de los ricos, etc .. Garantizar todo lo necesario para que el Sr. Mercado pueda triunfar y celebrar su expansión.

Sin embargo, el sistema entra en crisis a medida en que las personas que  se definen como seres inferiores ya no aceptan el papel que se les asigna, y que la naturaleza, el medio ambiente, lo que llamamos creación, ya no soporta el daño que resulta de la disociación de las esferas de independencia supuesta. A diferencia del dinero, que es una ficción – ¡y muy útil! - que pertenece al mundo virtual, océanos, desiertos, bosques, glaciares, etc. y nuestros cuerpos vulnerables si son reales.

¿Qué hacer?

Nuestras feministas proponen varias líneas de acción, de las cuales voy a presentar dos:

1 / trabajar en el desarrollo de lo que Ina Praetorius ha llamado "mierdologia", disciplina que consiste en la teoría, la economía y la ética de la mierda. Se trata de  reflexionar y tomar consciencia de aquellos sectores de la economía que en nuestra sociedad se consideran particularmente "ingratos", pero que son esenciales, como el trabajo doméstico (y determinadas tareas tales como cambiar pañales y limpiar el inodoro), el trabajo de cuidado de personas dependientes (incluso cambiar pañales y limpiar los baños) y en la agricultura (limpiar el establo). Se trata de pensar y hacer visibles todos estos aspectos fundamentales de nuestra existencia que se hacen invisibles, por considerarlos vergonzosos, tabú, y que fundamentan las relaciones de poder y de género. Todas las cuestiones ambientales relacionadas con el reciclaje de residuos, la basura y los vertederos, la economía del cuidado, la canalización y el saneamiento y la higiene, la agricultura (véase también "La Isla de las Flores”), etc ... ¿quién desempeña estas tareas? ¿Qué haríamos si ya no quisieran hacer este trabajo? ¿Cuál es su estatus social, su remuneración .....?

2 / participar en el movimiento por una Renta básica universal incondicional y suficiente para garantizar una vida digna. Se trata de promover la idea de separar TRABAJO e INGRESO. Se trata de cuestionar el mito de que hay que trabajar para ganarse la vida. El hecho de que las personas reciben ingresos que corresponden al valor de su trabajo para la sociedad. Que sólo una actividad remunerada por el dinero es trabajo.

Además nuestro sistema económico destruye cada vez más empleos remunerados a través de la racionalización, automatización, etc ... cuando al mismo tiempo muchas actividades útiles y necesarias no son reconocidas ni remuneradas y muchas necesidades humanas y sociales quedan sin ser satisfechas, ya que implican un trabajo que nadie hace, porque las personas que quisieran hacerlo están ocupadas ganando dinero.

El Ingreso o renta básica universal e incondicional libera a la gente, porque sólo cuando no tengo que ser rentable puedo elegir hacer cosas que producen sentido y no dinero. Para profundizar esta cuestión pulsar aquí. (buscando en youtube debajo de la pelicula, a la derecha, el simbolo para obtener los subtitulos en español).  El movimiento internacional por la Renta Básica nació hace treinta años y organiza un congreso cada dos años. Existen ya proyectos piloto muy prometedores en varios países del Sur, como la India, en Namibia, en Brasil. En Suiza se lanzo una petición en abril del 2012 para recoger 100.000 firmas para que el Parlamento modifique la Constitución convirtiendo la Renta básica en un derecho constitucional. Ya tienen recogidas unas 47.000 firmas. Una petición a nivel europeo fracasó por razones formales, pero ha sido revisada y relanzada.

Segundo signo de los tiempos: Las mujeres se convierten en sujeto político y exigen el reconocimiento de sus Derechos humanos - Reorganización del espacio público / espacio privado

El control de su fertilidad, la mecanización / automatización del trabajo doméstico y la creciente división social del trabajo en general, han tenido un profundo impacto en las vidas de las mujeres. Control de la fertilidad, mecanización de las labores domésticas y profundización de la división social del trabajo son fenómenos mutuamente dependientes. El progreso de la investigación permitió producir la píldora anticonceptiva y al mismo tiempo, desarrollar la industria y el mercado de electrodomésticos. Pero fue necesario crear en paralelo la necesidad de estos productos así como el poder adquisitivo para consumirlos. ¿Qué mejor manera para lograrlo que involucrando al mayor número posible de mujeres en el mercado laboral, lejos de la casa, creando así mismo la necesidad de reducir la carga de trabajo doméstico, con el fin de que les alcance el tiempo para realizar ambos tipos de actividad. Ya que los varones no han aprendido a reemplazarlas en el trabajo doméstico. Todo eso a condición también de tener menos hijos. Y al tener sus propios ingresos, podían pagar estos electrodomésticos que les facilitarían la vida doméstica mediante la mecanización. Podemos decir que esto ya es hoy una realidad - por lo menos en el mundo occidental. Lo que queda aún por lograr es que los hombres, que ahora ven reducido el peso de su responsabilidad de proporcionar los recursos financieros necesarios para la familia, desempeñen su parte equitativa en el trabajo doméstico.

La independencia económica de las mujeres y el control de su fertilidad, junto con la infraestructura de apoyo social para los hijos, los ancianos y los enfermos mientras ellas trabajan fuera de sus hogares sin que  los hombres las reemplacen en estas actividades, tendría enormes repercusiones en la institución de la familia tal y como  se había desarrollado desde la revolución industrial. En la sociedad preindustrial, como hemos visto, la familia era una unidad económica relativamente autosuficiente en la que cada miembro contribuía de alguna manera a la vida de todos. La familia extensa era la norma. Y según la hipótesis  del sociólogo alemán Ulrich Beck en su libro escrito con su esposa, Elisabeth Beck-Gernsheim, "El caos completamente normal del amor" (1990), la industrialización traería dos cambios importantes: 1 / separación entre lugar de trabajo y domicilio y 2/ la familia extensa se reduce a la familia nuclear formada por una pareja y sus hijos. Esta familia se convierte en una institución de carácter feudal, en la cual el marido ofrece "protección" y los medios para comprar lo necesario para vivir, mientras que la mujer se convierte en sierva sumisa al esposo, a quien le debe obediencia y ella es responsable de la servidumbre, es decir, el trabajo doméstico no remunerado y cada vez más devaluado. De hecho, la industrialización ha significado una desmejora en la condición de la mujer, que era mejor o menos mala en períodos anteriores.

Pero con el control de fertilidad las mujeres pueden vivir en carne propia lo que los hombres siempre han vivido: la separación entre la sexualidad y la procreación. Y con la independencia económica, también se liberan de la esclavitud del modelo de familia específica de la era industrial. El patriarcado se ve fuertemente conmocionado. Las mujeres ya no tienen que ser "protegidas" por los hombres y los hombres ya no pueden pretender a disponer de su sierva privada. La tasa de divorcio sirve como indicador para estos cambios. Se dispara.

El feminismo de la segunda ola aparece afirmando que lo personal es político. La familia como espacio de socialización del sistema de poder patriarcal entra en crisis, el patriarcado sufre las consecuencias. Y 50 años después de Pacem in Terris y de Vaticano II, hay mujeres a la cabeza de varios países alrededor del mundo y el pluralismo de estilos de vida se ha convertido en una realidad culturalmente cada vez más aceptada. Lo privado ha triunfado sobre lo político.

El patriarcado se ve herido mortalmente por todos estos desarrollos y sus mayores partidarios se están organizando para su defensa. Surgen varios fundamentalismos que más allá de algunas diferencias superficiales están todos de acuerdo en una cosa: la misoginia. La mujer representa para ellos el Otro, que debe ser definido, controlado, dominado y / o "protegido". Reivindicándose los guardianes de la tradición, los representantes de su Dios en la Tierra, y los únicos propietarios legítimos de la Verdad, todos parten en cruzada contra de los derechos de las mujeres, que simbolizan el derecho a la diferencia, a la alteridad, a la pluralidad. La familia nuclear heterosexual procreadora de carácter feudal se presenta como el modelo único y sagrado desde tiempos inmemoriales. Las mujeres son desposeídas de su cuerpo convirtiéndose en incubadora para algunos, objeto sexual o mercancía para los demás, y son desterradas del espacio público, con algunas excepciones que sirven de coartada. La laicidad y el secularismo, es decir, la aceptación de la alteridad, el pluralismo, son combatidos, si no explícitamente, entonces al menos por la manera de actuar.
Una conclusión importante que podemos sacar de esto es que cualquier lucha contra los fundamentalismos y a favor de la laicidad necesariamente debe partir del reconocimiento y de la promoción de los derechos de la mujer, de los derechos de la Otra.

Y un síntoma adicional del debilitamiento del patriarcado es que ante el auge de los fundamentalismos, asistimos a una creciente secularización, que paradójicamente coexiste con lo que se llama un "retorno de la religión".

Miremos el caso del fundamentalismo católico, que es lo que estamos viviendo en carne propia. Vaticano II había proclamado la libertad religiosa y la libertad de conciencia. Pero lejos de concebir estas libertades en su totalidad y dentro del espíritu global de los Derechos humanos, el Vaticano manipula esos conceptos para exigir privilegios. El Estado debe limitar su control respecto a las actividades de la Iglesia, aun en áreas que no sean  puramente espirituales, sino de orden económico. Por ejemplo: no hay derecho a hacer huelga para los 1,3 millones de empleados de las empresas del sector social (educación, salud, tercera edad, etc ..) que pertenecen a la Iglesia en Alemania, y eso en nombre de la libertad religiosa . (Aunque quizá haya cambios en este campo, si se tiene en cuenta una decisión muy reciente de un tribunal alemán en la materia). Aquí la Iglesia se presenta como la gran defensora de la separación entre la iglesia y el estado. Eso no impide que cobre impuestos eclesiales a través de la burocracia estatal o que solicite financiamiento público en diferentes campos. ¡Libertad religiosa! Sin embargo, cuando la jerarquía a su vez, se arroga el derecho a intervenir en el proceso legislativo, cuando el Vaticano / Santa Sede participa por ejemplo, en la labor de las Naciones Unidas tratando de imponer al mundo lo que considera ser la doctrina católica en materia de control de la fertilidad, cuando no reconoce la libertad de conciencia en materia de aborto, lo hace como Estado pero no en representación de los poco menos de mil ciudadanos de la Ciudad del Vaticano sino en nombre de la comunidad católica universal, e incluso de la humanidad. 

Pero en la sociedad europea al menos, la separación institucional entre religión y política es una realidad cultural cada día más implantada, si bien no esté plasmada en las leyes de todos los países. Es más, hoy en día para la gran mayoría de católicos, no sólo en Europa sino en el mundo entero, podemos hablar de una secularización de segundo grado, porque la gran mayoría de nosotros practicamos con toda naturalidad la separación entre la Iglesia institución y la fe. Basta pensar en la práctica de la anticoncepción.

Debemos permanecer vigilantes, sin embargo, porque los fundamentalismo  forman alianzas y se están profesionalizado cada vez más en cabildeo político y saben instrumentalizar el lenguaje de los derechos humanos y a todas las instituciones políticas modernas. Y ellos dominan todos los medios modernos de comunicación.

Tercer signo de los tiempos: Las mujeres como descolonizadoras o "!No me liberen, yo misma me encargo de hacerlo! '

Hace sólo dos semanas, asistí a una conferencia organizada por el Colectivo Feminista por la Igualdad (CFPE), en París, una organización nacida del debate sobre el uso del velo musulmán. Una de las oradoras exclamó en un momento dado: "¡No me liberen, yo me encargo de hacerlo!" Esta exclamación resume muy bien lo que podríamos llamar la descolonización del pensamiento. Como lo formula el Thinktank Interreligioso feminista en Suiza en la presentación de su Manifiesto de 2011 titulado "La libertad de las mujeres y la religión son compatibles": "Hablamos de la religión sobre la base de sus manifestaciones externas y de sus símbolos - y por lo general de manera negativa. Esto es particularmente cierto en cuanto a las "religiones inmigrantes”. La religión es a menudo utilizada como herramienta política para identificar y definir una cultura normativa. Se utiliza para definir y defender una "cultura cristiana y los valores dominantes" en contra de los diversos pueblos y culturas de los migrantes. Muchas feministas y algunos grupos de izquierda están equiparando a la "religión" como tal con fundamentalismo, discriminación de la mujer y oscurantismo. Su lucha por los derechos de las mujeres es a menudo una lucha contra la religión. Los debates feministas sobre la igualdad de género y los derechos de las mujeres privilegian a menudo un concepto de emancipación absolutista occidental, que le impone a las mujeres creyentes no-occidentales (sobre todo musulmanas) cómo deben emanciparse. Tal actitud les niega a estas su derecho a la autodefinición y a la autodeterminación. Con la constante  repetición del estereotipo de "la" mujer musulmana oprimida, su religión es estigmatizada como misógina. Al mismo tiempo, hacen el juego de grupos de extrema derecha que apoyan la liberación de las mujeres musulmanas oprimidas pero fomentando la islamofobia y la xenofobia ".

En esta parte no voy a detenerme en la reorganización geopolítica del mundo que tuvo lugar después del final de la Segunda Guerra Mundial y que se llamó descolonización. Porque mis conocimientos en esta materia tan compleja son insuficientes. Me limito a anotar que las poblaciones y territorios que se encontraban bajo la dominación política y económica directa y patente de los poderes europeos se liberaron de ese yugo en conflictos sangrientos para sucumbir a una nueva forma de dominación, menos inmediata y visible, pero igual de violenta o quizá más violenta aun.

La colonización se justificó con el paradigma patriarcal y racista de la supremacía del hombre blanco, entendido como el producto más perfecto de la historia universal, medida del progreso y del bien. La Alemania nazi mostró los resultados de la aplicación meticulosa de esta ideología.

El análisis feminista de las relaciones de género en una sociedad patriarcal permitió entender el paradigma central que polariza la realidad y crea una jerarquía entre estos dos polos opuestos, equiparando lo masculino con la norma y lo femenino con la desviación de esta norma y con la deficiencia. Ahora bien, en términos de colonización nos encontramos con el mismo paradigma. El Otro, el no europeo, no blanco, su sociedad, su cultura, su religión, su sistema económico, se define en términos de deficiencia, de falta, de imperfección en un mundo polarizado en el que el hombre blanco y su mundo ocupan la esfera jerárquicamente superior y "los Otros" la esfera inferior.

Y no olvidemos que los colonizadores se sentían encargados de la misión divina de predicar a estos pueblos "ignorantes" y por tanto "infieles" la Buena Nueva de un Dios (masculino, blanco y de ojos azules) que esperaba que tomasen su cruz sobre sus hombros y lo siguieran hasta el Calvario, para ser salvados de sus pecados, de todas sus "idolatrías" y de sus dioses, que por definición no podían ser el Dios verdadero porque eran Otros.

Y debemos ser conscientes de que todas y todos hemos sido tan profundamente "evangelizados" con estas ideas que las encontramos por todas partes en todas las formas de conocimiento del mundo desarrolladas en Europa y en Occidente en los últimos 1500 años. Sin embargo, gracias a la descolonización, a la expansión del imperialismo neoliberal y a la crisis del Estado-nación y de las identidades colectivas, que son el resultado del crecimiento de la dominación política de las corporaciones multinacionales y transnacionales, o la en otras palabras, gracias a la globalización y desde el feminismo, que es una forma de humanismo crítico, podemos llegar a un conocimiento y una comprensión de este sometimiento del pensamiento. Así que tal vez podamos liberarnos, para descolonizar la mente.

Hay que partir de una epistemología feminista, es decir, de la pregunta: ¿cómo sabemos lo que sabemos como mujeres, es decir como Otras? Es posicionándonos en la alteridad,  en la perspectiva del Otro o mejor de la Otra que no es la Norma, que podemos entrar en dialogo con las demás “Otras”, con las no blancas, las pobres, las no heterosexuales, las enfermas, las ancianas y las jóvenes, extranjeras, musulmanas con o sin velo, etc .. y nosotras escuchamos. Les otorgamos la palabra, o mejor dicho, callamos. Y les permitimos que la tomen y que ellas mismas hablen, se definan y definan sus deseos, sus concepciones del Buen Vivir. Y entonces descubrimos las teologías feministas indígena, negra, womanista, mujerista, musulmana, queer, eco-feminista, etc ...

Y nos damos cuenta de que hay una discrepancia con el mensaje del Pensamiento Único. Del pensamiento hegemónico. Hay puntos de vista alternativos y múltiples definiciones alternativas de lo que es una mujer, de lo que ella quiere hacer con su vida, de los medios para su emancipación y de qué aspira a liberarse. No nos incumbe a nosotros, como occidentales en crisis de identidad ni a cualquier otra persona imponerle a nadie lo que es la emancipación de la mujer, ni de lo que es una mujer libre.

Este diálogo nos lleva a cuestionar nuestra propia liberación como mujeres y más allá también como hombres. ¿Somos libres? ¿O no será mas bien que solo nos acoplamos a un modelo cultural hegemónico forjado e impuesto por el mercado, por los medios de comunicación y por el consumo? ¿Por un mercado laboral regido por la ley del lucro y del dinero? ¿Será que participamos del Buen Vivir o no somos más bien simples  tornillos alienados en los engranajes de un sistema inhumano y deshumanizante que destruye nuestro planeta hundiendo a poblaciones enteras en la pobreza, la trashumancia, la guerra, etc ...

Este diálogo también nos permite comprender que debemos estar muy atentos a la instrumentalización neocolonialista de la lucha por los derechos de las mujeres ... Las grandes máquinas que configuran la opinión pública, que a menudo están en manos de potentados económicos nos bombardean sistemáticamente con los estereotipos de las mujeres en países distintos a los nuestros, o en culturas distintas a la nuestra. Siempre nos muestran a estas mujeres como víctimas sumisas y sujetos vulnerables. Al hacer esto están preparando el terreno para justificar que "el hombre blanco vaya a defender a las mujeres morenas de la opresión por hombres morenos". Y así se oculta al mismo tiempo toda la opresión de las mujeres - y de los hombres - en nuestros países y nuestras culturas. Basta pensar en el culto del cuerpo y en la sexualización  a ultranza de nuestra sociedad. Basta con pensar en la violencia de género en nuestros países "desarrollados", basta recordar la opresión de las mujeres dentro de nuestra propia iglesia.


Conclusión:

Terminé sin ofrecer soluciones ni dar respuestas, sino simplemente habiendo formulado algunas preguntas y sugerido algunas pistas.

Nos definimos como integrantes de una comunidad de discípulas y discípulos basada en las enseñanzas del Evangelio. Se trata de un mensaje de liberación. Nos dice que tenemos el derecho y la obligación de ver con nuestros propios ojos, de caminar con nuestros propios pies y así hacer nuestro propio camino, de salir de todos nuestros cautiverios, cualesquiera que sean. Como he aprendido de Asma Lamrabet, una teóloga musulmana feminista marroquí, que sólo puedo recomendar, el postulado de no creer sino en un solo Dios, de no aceptar a otros dioses junto a él (o a ella) es liberador en el sentido de que me permite liberarme de cualquier sumisión: ni el Papa, ni el dinero, ni el sexo, ni el consumo, ni la carrera, ni cualquier otra cosa. Como dijo Teresa de Ávila: ¡Sólo Dios basta! También aprendí de ella que el Corán es un mensaje de liberación, así como el Evangelio. (Pero hay que saberlo leer, así como  hay que saber leer el Evangelio). De hecho, el Corán no quiere establecer una nueva religión, sino recordar el mensaje liberador de la Biblia, que la gente había postergado y olvidado tanto. Y ella está trabajando para limpiar la concepción patriarcal que domina el mundo musulmán regresando a las fuentes, al propio texto y recordando que este es un mensaje de liberación y de equidad de género. Es una fuente y una herramienta para la emancipación de las mujeres musulmanas, en la fidelidad a su cultura y tradición.

Jesús proclama a un Dios de la vida, y trata de liberar a todas las personas que conocen el sufrimiento, el hambre, la enfermedad, el miedo, la exclusión. Así, como discípulas y discípulos, tenemos que seguir por este camino:

- En un sistema económico en el que el empleo remunerado es cada vez más precario y raro, podemos trabajar para asegurar que toda persona tenga derecho a un ingreso que le permita llevar una vida digna y dedicarse a las actividades que le dan sentido a la vida y que crean tejido social. También podemos, como lo afirma Marcela Lagarde, feminista mexicana, contribuir a  "la maternización de la sociedad y a la desmaternizacion de las mujeres", es decir, a garantizar que todas las actividades dedicadas al cuidado de personas se revaloricen y dejen de considerase como el espacio propio y obligatorio de las mujeres al precio de su auto-descuido.

- En el campo de la política, podemos guardar en mente que todo es político, no sólo lo que ocurre a nivel de las instituciones estatales, sino también en la vida privada y familiar. Podemos participar en la lucha contra los fundamentalismos. Para ello hay que luchar por los derechos de las mujeres y del Otro, pero asegurándonos de que la lucha por los derechos de las mujeres y del Otro no sean instrumentalizadas. Que no sirvan de pretexto para la guerra "humanitaria", como fue el caso de Afganistán o podría ser el caso en África. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para llamar la atención sobre un Manifiesto de Aminata Traoré, actora política y feminista de Malí que lucha contra lo que ella llama "la guerra subsidiaria" que puede estallar en su país si hay intervención extranjera.

- En lo que llamé la descolonización del pensamiento, podríamos hacer un profundo examen de conciencia para analizar hasta donde tenemos actitudes racistas no admitidas. ¿Qué tan profundamente estamos convencidas de nuestra superioridad sobre las demás naciones, culturas, religiones y clases sociales, porque analizamos su realidad a través de nuestros marcos de referencia, sin hacer el esfuerzo de ponernos en sus zapatos y mirar las cosas a través de sus ojos. Esto requiere un gran esfuerzo de auto-distanciación. Pero hacerlo es increíblemente gratificante. Desde un punto de vista religioso, esto se llama inculturación del Evangelio. Ahora sabemos cómo al Vaticano le es hostil hasta el punto de volver a la misa en latín. Aquí recomiendo organizar intercambios con teólogas feministas musulmanas, por ejemplo. O con las feministas musulmanas que viven en Francia, particularmente estigmatizadas y que se han convertido en objeto de gran hostilidad.

Gracias por su atención.

Elfriede Harth (1-12-2012)

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