lunes, 8 de diciembre de 2014
domingo, 23 de noviembre de 2014
domingo, 16 de noviembre de 2014
lunes, 29 de septiembre de 2014
España celebra la victoria sobre el proyecto anti-derechos de la mujer...
Este 28 de septiembre de 2014 #28s queda como fiesta gigante de las mujeres por la victoria sobre el obscurantismo de un proyecto gubernamental de contra-reforma de la legislacion sobre la salud sexual y reproductiva y el aborto.
Miles de mujeres celebran la victoria en las calles del pais....
Miles de mujeres celebran la victoria en las calles del pais....
domingo, 28 de septiembre de 2014
Carta de la Red Latinoamericana de Catolicas por el Derecho a Decidir al Papa
28
de septiembre de 2014
Querido papa Francisco:
Como Red Latinoamericana de Católicas por el
Derecho a Decidir le escribimos con cariño, confianza y agradecimiento por la
cercanía que hemos sentido en sus palabras y gestos que han recogido el mensaje
amoroso y ético de nuestro querido Jesús de Nazaret.
Le agradecemos que nos recuerde que
nuestra Iglesia debe acompañar con paciencia porque las personas nos vamos
construyendo día a día; que el confesionario es el lugar de la misericordia de
Dios; que nuestra Iglesia ha de ser una
casa abierta en la que participen todas las personas, y que la Eucaristía “no
es un premio para los perfectos, sino un generoso remedio y alimento para los
débiles”.[1]
Sus
exhortaciones han calado hondo en nuestros corazones porque somos creyentes
feministas comprometidas con la vida y la salud de las mujeres, con la búsqueda
de la justicia social y la defensa de los derechos humanos, particularmente los sexuales y reproductivos, incluido el acceso al aborto legal y seguro.
En nuestro caminar hemos
aprendido que la maternidad es una elección libre, no una imposición ni un
destino obligado. Es una elección amorosa y responsable que requiere de cada
mujer deseo, compromiso y trabajo, y de cada sociedad demanda una renovación
cultural y jurídica para que podamos ejercer el derecho a decidir si queremos
ser madres, si continuamos o interrumpimos un embarazo no deseado. Igualmente,
hemos confirmado que Dios está siempre con nosotras en cualquier circunstancia
y que en momentos difíciles de nuestras vidas ha sido presencia amorosa,
compañía, amistad, diálogo interior, comprensión, respeto, apoyo, libertad,
oración, deseo, bondad y elección.
Estamos seguras de que el
lugar de la Iglesia es allí donde acontecen los dilemas y los sufrimientos
humanos, particularmente junto a las mujeres que se encuentran en extrema
necesidad, que por razones profundas abortan y necesitan comprensión y
misericordia. Como lo hemos sostenido siempre, nadie aborta con alegría en su
corazón ni con la fría intención de dañar una vida en ciernes.
Hemos comprendido que la
inflexibilidad rompe la cercanía entre las personas, es inhumana y causa
muchísimo sufrimiento; que lo primordial en nuestra comunidad de fe es el
mensaje de Jesús, y que las enseñanzas evangélicas son como cartas de
misericordia, de comprensión, de ánimo, de alivio y nos recuerdan que lo
esencial no es seguir normas rígidas sino mostrar compasión, obrar con justicia
y actuar amorosamente. Ciertamente “necesitamos directrices morales y
principios de orientación, pero las personas concretas necesitamos ser
comprendidas con nuestros problemas, sufrimientos y contradicciones”.[2]
Por todo lo expuesto le
solicitamos, junto con muchísimas católicas y católicos, que analice las
siguientes consideraciones:
·
Nuestra
Iglesia necesita una mayor sensibilidad humana y vivir un espíritu de
compresión, consuelo y misericordia ante los millones de mujeres que han
abortado o lo están haciendo con enorme dolor, pero convencidas de que es su
mejor decisión en sus circunstancias concretas.
·
La
despenalización y legalización del aborto no significa bondad, una concesión ni
una defensa incondicional de la interrupción de un embarazo no deseado, sino
apenas la posibilidad de ofrecer condiciones humanas a una práctica que cuando se
realiza en la ilegalidad pone en riesgo la salud y la vida de muchas mujeres y
niñas, especialmente de las más pobres.
·
La
interrupción voluntaria e informada de un embarazo puede justificarse por
diversas razones: extrema pobreza o desnutrición, salvar la vida de la mujer o
evitar un grave riesgo a su salud; también para impedir daños mayores a quienes
han sido víctimas de violación, en particular niñas y adolescentes que además
están expuestas a embarazos de alto
riesgo por su edad. Desde nuestra perspectiva,
la justificación más importante, es la autoridad moral que tienen las mujeres
para tomar esta decisión de acuerdo con los dictados de su conciencia.
·
En
consecuencia, es preciso cambiar, por razones humanistas y cristianas, la
postura oficial de nuestra Iglesia respecto al aborto, porque está poniendo en
riesgo la vida y la salud de mujeres y niñas embarazadas. Reformemos nuestra actitud pastoral para retomar
lo que ya está en nuestros cánones y difundámoslos, puesto que consideran las circunstancias en las
cuales quienes han abortado no están sujetas a la pena de excomunión.
·
Dado
que los Estados deben atender las necesidades de una ciudadanía crecientemente
diversa y plural, nuestra Iglesia tiene que dejar de influir en legislaciones y
políticas públicas basadas en evidencia científica para respetar los derechos
de todas las mujeres, creyentes y no creyentes.
¿Cómo reducir el sufrimiento? ¿Por qué no
puede ser un argumento decisivo interrumpir un embarazo si ese embarazo
significa una catástrofe para una mujer? ¿Cómo resolvemos la contradicción de
nuestra institución al negar el uso de los métodos anticonceptivos modernos que
evitan embarazos no deseados y a la vez oponerse al aborto? ¿Cómo retoma
nuestra Iglesia las reflexiones teológicas y pastorales que desvinculan la
sexualidad de la procreación, las mujeres de la maternidad, el cuerpo de la
maldad…?
Querido papa Francisco:
somos conscientes de que estos temas son sumamente complejos y difíciles, sobre
todo en un continente con tanta pobreza, discriminación y desigualdad. Por ello
le invitamos a que nos reunamos para conocernos, dialogar y encontrar
hospitalidad mutua, reconociendo que es posible poner un mantel sobre la mesa
del corazón para propiciar, con la ayuda de Dios, que estalle el bien en la
vida de tantas mujeres latinoamericanas.
Sororalmente,
Integrantes de la Red
Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir
(Argentina, Brasil, Bolivia,
Colombia, Chile, Ecuador, El Salvador, España, México, Nicaragua, Paraguay,
Perú)
Responsable de la publicación:
María Consuelo Mejía
[1] Francisco, Exhortación Apostólica Evangelii
Gaudium, números 16, 39, 44 y 47.
http://w2.vatican.va/content/dam/francesco/pdf/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20131124_evangelii-gaudium_sp.pdf
domingo, 22 de junio de 2014
viernes, 23 de mayo de 2014
miércoles, 7 de mayo de 2014
miércoles, 30 de abril de 2014
sábado, 5 de abril de 2014
domingo, 30 de marzo de 2014
viernes, 21 de marzo de 2014
jueves, 27 de febrero de 2014
domingo, 23 de febrero de 2014
domingo, 9 de febrero de 2014
Iglesia de Base de Madrid: LA INTERRUPCION VOLUNTARIA DEL EMBARAZO: ¿DELITO, PECADO O DERECHO?
La Iglesia de Base de Madrid se posiciona frente al Anteproyecto de Ley sobre la Interrupcion Voluntaria del Embarazo que promueve el gobierno de Rajoy. Para leer el articulo pulsar aqui
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Anteproyeco de ley de Gallardon,
derecho a la vida,
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Estado laico,
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IVA
miércoles, 5 de febrero de 2014
El Vaticano viola la Convención de los Derechos del Niño: ONU
México, Miércoles 5 de febrero de 2014
BOLETÍN DE
PRENSA
· Comité legitima la lucha de víctimas y organizaciones que por años han
denunciado abusos sexuales buscando justicia.
· Hoy es el día mundial del reconocimiento de la dignidad de todas las
víctimas de pederastia
Las recomendaciones emitidas
por el Comité de los Derechos del Niño de la ONU representan un reconocimiento
a la dignidad y a los derechos de las “decenas de miles” de víctimas de abuso
sexual. Es un reconocimiento a su dignidad y a sus derechos, afirmó la
Coalición Mexicana de Organizaciones de la Sociedad Civil y Personas.
En conferencia de prensa, Alberto
Athié, ex sacerdote e impulsor del informe, presentado ante el Comité de los
Derechos del Niño de la ONU, en Ginebra en enero pasado, afirmó que hoy es el
día mundial de todas las victimas de abuso sexual por parte de clérigos que
fueron protegidos por la institución de la Iglesia católica. Después de más de
60 años de tratar de que la Iglesia escuchara a las víctimas de pederastia, hoy
se puede afirmar que si existen responsabilidades para clérigos como Maciel o Nicolás
Aguilar. En un pronunciamiento histórico, el Comité de los Derechos del Niño afirma
contundentemente que la Santa Sede es responsable de un mecanismo institucional
de encubrimiento de sacerdotes pederastas quienes, en vez de proceder conforme
a la justicia y a la dignidad de las victimas, protegieron el prestigio e
imagen de sus miembros. Hoy existen todos los elementos para presentar a
consideración de Naciones Unidas la posibilidad de afirmar que el Vaticano
cometió un crimen de Estado porque permitió una conducta sistemática en contra
de niños y niñas.
Se exhortó al Papa Francisco
para que reconozca la responsabilidad institucional de la Santa Sede ante los
casos de pederastia clerical. Si de verdad el Papa Francisco quiere volver al
Evangelio, hoy tiene la gran oportunidad para reconocer el daño a las víctimas
y reconocer este crimen de Estado.
En su momento, el Maestro José
Barba, víctima de pederastia, declaró que con estas recomendaciones, finalmente
lograron ser escuchados. No se trata solo de un grupo de ex legionarios quienes
piden que salga a la luz la verdad, se trata de la sociedad en general. Afirmó
que un Papa heroico enfrentaría y aceptaría estas recomendaciones, sin embargo
considera que la Santa Sede dará largas a las respuestas.
Por su parte, Joaquín Aguilar,
víctima de pederastia afirmó que con esta resolución hoy se comprueba que las
víctimas no han mentido. Como Coalición Mexicana de Organizaciones de la
Sociedad Civil y Personas, hizo un llamado enérgico a la Santa Sede para que
acepte e implemente de manera inmediata, efectiva y de buena fe todas las
recomendaciones adoptadas por el Comité como un paso necesario para garantizar
el derecho a la verdad, la justicia, la reparación integral de las víctimas y
brindar garantías de no repetición. Manifestó el deseo de las organizaciones de
la sociedad civil, organizaciones de víctimas y víctimas en participar
constructivamente en la implementación de las recomendaciones, particularmente
en formar parte de la Comisión creada en diciembre de 2013, tal y como lo
recomienda el Comité de Derechos del Niño. Finalmente expresó que como organizaciones
de la sociedad civil, organizaciones de víctimas y víctimas estarán vigilantes
de la implementación de las recomendaciones por parte de la Santa Sede.
Finalmente, Aidé García de
Católicas por el Derecho a Decidir hizo un reconocimiento a la tenacidad de la lucha
de las víctimas de pederastia. Asimismo reconoció el trabajo de Alberto Athié,
quien fue el impulsor del informe que se presentó en Ginebra. Aplaudió las
recomendaciones emitidas por el Comité por su contundencia y por el
cuestionamiento que hace a la santa sede. Resaltó la recomendación número 55 en
la que el Comité insta a la Santa Sede a revisar su posición sobre el aborto,
que coloca riesgos evidentes en la vida y la salud de las niñas embarazadas y a
enmendar el canon 1398 relativo al aborto con miras de determinar las
circunstancias en las que el servicio de aborto se puede permitir. Por ello Aidé
García exhortó a la Santa Sede a no obstaculizar el acceso a la salud de
mujeres y jóvenes en los temas de salud sexual y VIH. El Comité de los Derechos
del Niño rompió hoy un mito: el poder simbólico de la investidura sacerdotal no
impide que haya justicia para las víctimas, ni los hace inmunes de rendir
cuentas ante las autoridades civiles. Por último urgió al Estado mexicano a
rendir cuentas por el encubrimiento a sacerdotes que ya han sido denunciados
por casos de pederastia.
lunes, 3 de febrero de 2014
Catolica o no, la mujer debe ser libre de decidir si aborta
Mar Grandal escucha la pregunta y se ríe. “¿Que cómo se puede ser
feminista y católica? Porque soy católica. Y creyente. Y porque el
feminismo lucha por la justicia social, es liberador, sanador y
cuestionador. Jesús cuestionó el sistema en todo momento. No tuvo miedo
de la libertad, por eso lo mataron. Siempre se rodeó de mujeres, que
fueron sus fieles seguidoras. Las trató como a iguales. Las dignificó”,
expone de corrido. De hecho, recalca, fue una mujer, Magdalena, quien
anunció su resurrección. “Y nunca dudo de él. ¿Quiénes lo enjuiciaron y
condenaron? Hombres. Las mujeres nunca lo abandonaron”.
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domingo, 26 de enero de 2014
El Gobierno que odiaba a las Mujeres
El programa TV EnClave TUERKA del diario PUBLICO, en su edicion del 23 de Enero, discute las razones y estrategias del gobierno actual para coartar los derechos de las mujeres, en particular sus derechos sexuales y reproductivos.
Para verlo, pinchar abajo:
El Gobiero que odiaba a las Mujeres
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El Gobiero que odiaba a las Mujeres
jueves, 16 de enero de 2014
CARTA AL PAPA FRANCISCO
16 de enero de 2014
Estimado Papa Francisco,
Con
un fraternal saludo en Cristo nos dirigimos a usted desde la Red Latinoamericana de Católicas por el
Derecho a Decidir, un movimiento autónomo de personas católicas y
feministas, comprometidas con la búsqueda de justicia social en América Latina,
que impulsamos acciones en el marco de la defensa y promoción de los Derechos
Humanos de las Mujeres desde el año 1996 en 12 países de la región: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile,
Ecuador, El Salvador, México, Nicaragua, Paraguay, Perú y España como país
asociado.
Como
todo el pueblo católico, vivimos la expectativa de los buenos auspicios de su
pontificado que se anunció como un cambio positivo en la Iglesia y apostamos a
la esperanza de ese cambio que incluyera
a las mujeres, el respeto a los Estados laicos, a la diversidad y sobre todo al
compromiso con los desafíos en relación a la vida real y concreta de todas las
personas, especialmente de las más pobres y excluidas. De hecho, reconocemos
que hay transformaciones que empiezan y
son importantes y significativas para la Iglesia. Pero, como mujeres solidarias
para con las mujeres de nuestro continente, comprometidas con la lucha por la
justicia social, no podemos guardar silencio ante su última declaración sobre
quiénes son los seres humanos "descartables" en el mundo actual.
Es
verdad que podrían evitarse muchas interrupciones de embarazos si todas las
mujeres del continente tuviéramos educación sexual para decidir y acceso a
anticonceptivos modernos para regular la fecundidad y ejercer el derecho a
procrear en el momento más oportuno para que la maternidad sea vivida como una
opción gozosa y no como simple destino biológico o como una imposición
cultural. Pero, Usted bien sabe que la desigualdad de este continente todavía
está lejos de ser superada y que las mujeres más pobres están expuestas a
maternidades obligadas en contextos de mucha violencia, con todo el costo que
implica para ellas y para el conjunto de nuestras comunidades.
Nosotras, como mujeres católicas y como la mayoría de las personas de
diferentes credos y convicciones, así como muchas de las personas que no comulgan
con credo religioso alguno, le asignamos un valor a la vida en gestación,
pero ese valor no puede ser mayor que el que asignamos a las mujeres y sus
decisiones en situaciones difíciles. Sabemos que las mujeres que se ven en la
necesidad de interrumpir sus embarazos, han tomado esa decisión de acuerdo con
los dictados de su conciencia, empujadas por diversos factores en los que siempre
están en primera instancia el bienestar de los demás, sobre todo de
sus hijos.
Nos
preocupa la alta tasa en aumento de mujeres que mueren víctimas de violencia,
las cifras son alarmantes en el mundo, en particular en nuestra Latinoamérica,
muertes de mujeres que son madres, jóvenes, solteras, casadas, enamoradas,
hijas, sobrinas, amigas y que generalmente son asesinadas por sus propios
compañeros o personas próximas que dicen amarlas, ante cuya situación nos duele
el silencio de la Iglesia que no ha elevado una voz de denuncia y justicia
sobre esas muertes , ante un drama de grandes dimensiones donde también
necesitamos una voz de indignación evangélica del Vaticano y de Usted, como su
máximo representante. Soñamos con una Iglesia inclusiva que comprenda, ampare y
contenga a las personas en estas situaciones y no quisiéramos escuchar sólo
condenas sobre temas que están en debate tanto en la Iglesia como en la
sociedad. Su discurso, sus actitudes y hechos Papa Francisco, han sido
innovadores y transgresores, y han
generado un gran consenso entre quienes estamos comprometidas con la justicia
social y trabajamos por un mundo mejor, una Iglesia mejor, una sociedad mejor
en la que quepamos todas y todos en libertad, respeto y congruencia con lo que
Usted ha venido diciendo. Nos preocupa
que en estos momentos en que el mundo necesita de unidad y consenso, se
levanten estos temas de esta manera pues pueden generar divisiones,
contraposiciones, discriminación, estigma e incomprensión. De Usted esperamos
misericordia, compasión y justicia, toda la justicia necesaria para que este
mundo sea mejor.
El
pueblo católico y en particular las mujeres quienes en el mundo vivenciamos con
más fuerza la desigualdad social, la pobreza, las exclusiones y las situaciones
de violencia, confiamos y apelamos a su alto sentido humanitario, su
solidaridad, misericordia y sensibilidad que lo lleve a situarse en el lugar de
aquellas excluidas, mujeres, niñas y adolescentes violadas y embarazadas, y no
por encima de ellas, porque más que una persona con una jerarquía que mira
desde arriba los dramas terrenales por los cuales atraviesan las mujeres de
diferentes partes del mundo, lo queremos ver como un hermano en la fe y en
Cristo.
Red Latinoamericana de Católicas por
el Derecho a Decidir
martes, 14 de enero de 2014
COHERENCIA ANTE EL ABORTO
Interferir, por ley, en la conciencia de las mujeres es propio de un Estado totalitario
Federico Mayor Zaragoza y Juan Jose Tamayo
Demuestran una grave incoherencia quienes –sean
instituciones o personas- condenan el aborto con la misma vehemencia con que
defienden la pena de muerte, propician la confrontación bélica o permanecen
impasibles ante el genocidio colectivo, por hambre o desamparo, de más de
60.000 personas mientras se invierten en la seguridad de unos pocos –menos del
20% de la humanidad- 4.000 millones de dólares diarios en armas y gastos
militares.
En
el tema del aborto lo que debemos considerar no es solo la dimensión biológica,
sino también la antropológica. Para intentar establecer cuándo comienza la vida
humana, lo primero que debe precisarse es qué se entiende por “vida” y por
“humana”. Porque si por vida se entiende la capacidad de sobrevivencia autónoma
y por “humana” la aparición de las cualidades propias de la persona, la
cuestión se situaría, desde luego, en una etapa ulterior a la fecundación, e
incluso del nacimiento. En la especia humana, una parte considerable del
desarrollo neuronal tiene lugar después del nacimiento.
No
se trata solo del “derecho humano a la vida”, sino a una “vida digna”, es
decir, de seres humanos dotados para el pleno ejercicio de las facultades
distintivas de su condición. Es, pues, un gran disparate, propio de la
incompetencia y de la irresponsabilidad de quienes toman decisiones que afectan
a toda la ciudadanía, que se prohíba la interrupción del embarazo en casos de
malformación del feto. Identificar
anomalías de esta naturaleza –que, si llega a nacer, serán irreversibles-
y exigir a la madre terminar una gestación que, muy probablemente, concluiría
con graves riesgos para la vida de la progenitora, es una irresponsabilidad política que la ciudadanía no puede permitir y
contra la que debe rebelarse.
En
el proceso de embriogénesis carece de sentido aseverar que el principio y el
producto son la misma cosa, que la semilla es igual al fruto y que la potencia es igual a la realidad. El cigoto
posee el potencial de diferenciarse escalonadamente en embrión, pero no la
potencialidad y la capacidad autónoma y total para ello. Anticipándose al
debate actual sobre esta cuestión, Pedro Laín Entralgo escribía en El cuerpo humano (1989): “El cigoto humano
no es un hombre, un hombre en acto, y solo de manera incierta y presuntiva
puede llegar a ser un individuo
humano”.
Los
científicos –rodeados de interrogantes, más que de respuestas- no pueden
adoptar posiciones dogmáticas en campos de múltiples irisaciones conceptuales,
y menos aún en los que entran de lleno las cuestiones filosóficas y teológicas.
Por lo mismo, como Juan Pablo II tuvo ocasión de proclamar con toda claridad en
referencia a Galileo, no corresponde a las autoridades eclesiásticas pronunciarse
sobre temas propios de la ciencia. La misma actitud debe exigirse a las
autoridades políticas. Sin embargo, ni unas ni otras suelen cumplir dicha
indicación.
En
un tema social, legal y humanamente tan complejo como el del aborto, lo mínimo
que se exige es la coherencia. Lo más importante es eliminar las circunstancias
que inducen a abortar, porque la realidad se venga cuando no se la reconoce.
Hay que evitar un nuevo tipo de discriminación: el del “turismo abortivo”, que
practican las personas adineradas, frente al aborto clandestino, lleno de
riesgos y de humillaciones, de las mujeres que no disponen de recursos.
A
la conciencia, el compromiso social y la voluntad política debe unirse la
competencia profesional. Las múltiples facetas que recubre un tema tan complejo
(prevención, educación, rehabilitación, integración, etc.) requieren un
planteamiento interdisciplinario, con una secuencia bien ordenada de acciones
de acuerdo con los criterios de prioridad que, según el relieve, la urgencia y
la irreversibilidad relativa de los diversos casos, se establezcan.
“La
diferencia entre los políticos y los estadistas –escribió Sir W. Liley-
consiste en que los primeros piensan en las próximas elecciones y los segundos
en las próximas generaciones”. Asegurar la calidad de vida con todos los
conocimientos científicos es, pues, una acción esencial del Estado. Esto es lo
que se ha logrado con el Plan Nacional de Prevención. Por el contrario, imponer
por ley una vida de sufrimiento e inhumanidad a las personas que nacerán con
graves discapacidades, a sus familias y cuidadores; interferirse, por ley, en
las conciencias de las mujeres hasta violentarlas; no respetar su derecho a
decidir en cuestiones tan personales, íntimas y decisivas para su vida como es
la maternidad e imponérsela por decreto es propio de Estados totalitarios. Eso
es precisamente lo que hace el proyecto de Ley de Protección de la Vida del
Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada.
Si
a esto se añade la complicidad con la jerarquía católica española y con las
asociaciones autodenominadas “Provida” que, tras presionar de múltiples formas durante
la preparación de la ley, han aplaudido inmediatamente su aprobación por el
Consejo de Ministros –como antes hicieron con la Ley Orgánica de la Calidad Educativa,
que impone la asignatura de religión
como evaluable-, e incluso quieren que sea todavía más restrictiva, estamos
ante un Gobierno de tendencias claramente confesionales de carácter
nacional-católico, que va a imponer a la ciudadanía una moral privada regida
por la religión, y no una ética laica, común a todos los ciudadanos. ¿Qué
sucede, entonces? Que, con esta ley, el Gobierno considera delito lo que los
dirigentes eclesiásticos califican de pecado y, en consecuencia, penaliza a los
médicos con la cárcel. ¡Algo inconcebible en un Estado no confesional!
Los
obispos defienden la vida, es verdad, pero la vida del no-nacido y la vida después de la muerte. Sin embargo, no vemos
tanto celo en la defensa de la vida de las personas ya nacidas, sobre todo la
de quienes la ven amenazada día a día, especialmente las mujeres víctimas de
feminicidio. Mucho nos tememos que esa va a ser la actitud del Gobierno si
lograra aprobarse la ley ahora en proyecto. A los hechos nos remitimos.
La
complicidad entre obispos y Gobierno de la Nación empero, no es de todos los
católicos, sino de los dirigentes episcopales, que solo se representan a sí
mismos. En el seno del catolicismo existe un amplio pluralismo ideológico en este
tema, y numerosos colectivos católicos defienden la vigente ley de plazos que ahora
se pretende derogar, y se oponen a la ley de Ruiz-Gallardón, que es contraria a
la libertad de conciencia y trata a las mujeres como menores de edad al no
reconocerlas como sujetos morales capaces de decidir por su cuenta.
Lo
que estas reflexiones pretenden es evitar que la ley sea aprobada por la
mayoría parlamentaria absoluta que actualmente permite al Parlamento español
adoptar normas que la mayoría de los ciudadanos rechazan, ya que implica un
nuevo recorte de los derechos humanos, quizá el más grave de todo, cual es el
derecho de las mujeres a elegir libremente la maternidad y hacerlo en tiempo
oportuno, sin coacciones externas, y menos del Estado, que debe velar por el
ejercicio de ese derecho, en vez de negarlo y obstruirlo como hace este
proyecto de ley. Hay que impedir que se consume otro recorte de los derechos de
las mujeres, que se suma a los que el Gobierno del Partido Popular viene llevando
a cabo desde su toma de posesión hace
dos años.
Federico
Mayor Zaragoza es presidente de la Fundación Cultura de Paz y Juan José Tamayo
es director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la
Universidad Carlos III de Madrid.Fuente: http://elpais.com/elpais/2013/12/26/opinion/1388082976_575279.html
Etiquetas:
aborto,
conciencia,
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